Síndrome de dolor miofascial: causas, síntomas y tratamiento •

El síndrome de dolor miofascial o dolor miofascial es un trastorno de dolor crónico que afecta las articulaciones y los músculos (musculoesquelético). El síndrome de dolor miofascial generalmente ocurre debido al desgaste muscular después de un uso repetido, por ejemplo, al hacer ejercicio o al operar maquinaria pesada.

Signos y síntomas del síndrome de dolor miofascial

Los síntomas que pueden ocurrir en el síndrome miofascial incluyen:

  • Dolor muscular que empeora con el tiempo.
  • Si se presiona el músculo adolorido, el dolor puede irradiarse a otras partes del cuerpo.
  • Dificultad para dormir debido al dolor.
  • Músculos débiles y rígidos
  • Movimiento limitado

¿Qué causa el síndrome de dolor miofascial?

En las personas que tienen síndrome de dolor miofascial (MPS), el punto de dolor generalmente se centra dentro de la fascia, una capa delgada de fibras que rodea el músculo. Cuando se presiona esta área, se puede sentir dolor en otras áreas del cuerpo.

Este dolor puede continuar y empeorar. Hay varios factores que pueden aumentar el riesgo de este dolor muscular, que incluyen:

Lesión muscular

La lesión muscular aguda o la tensión muscular continua pueden causar dolor irradiado. Los movimientos repetitivos y una mala postura también pueden aumentar su riesgo.

Estrés y ansiedad

Las personas que experimentan estrés y ansiedad frecuentes pueden tener más probabilidades de aumentar los puntos gatillo en los músculos. Una teoría que apoya esto es que las personas tienden a apretar los músculos, y esta es una forma de tensión repetitiva que hace que los músculos sean vulnerables a los puntos gatillo.

Otros factores

Otros factores que pueden aumentar el riesgo son la desnutrición, la falta de ejercicio, la fatiga, los cambios hormonales (menopausia), la obesidad y el tabaquismo. Además, estar con demasiada frecuencia en una habitación fría, como cuando se duerme en una habitación con aire acondicionado, también puede aumentar el riesgo.

¿Cómo se diagnostica el síndrome de dolor miofascial?

Al diagnosticar esta afección, el médico buscará el punto que desencadena el dolor muscular. El médico buscará nódulos blandos que provoquen dolor al presionarlos. Hay dos tipos de puntos gatillo:

  • Puntos gatillo activos, que pueden ser nódulos blandos en los músculos asociados y desencadenar dolor y espasmos cuando se presionan
  • Puntos gatillo latentes, estos puntos gatillo no provocan dolor cuando se tocan. Es posible que este punto no cause dolor a largo plazo, pero puede desencadenarse cuando hay estrés o trauma.

¿Cuál es el tratamiento para el síndrome de dolor miofascial?

Hay muchas formas de experimentar el dolor miofascial, que incluyen:

Drogas

  • Analgésicos AINE, como ibuprofeno o paracetamol.
  • Analgésicos, como lidocaína, parche de diclofenaco, tramadol, tropisetrón.
  • Relajantes musculares, como benzodiazepinas y tizanidinas para reducir los espasmos musculares.
  • Los anticonvulsivos, como la gabapentina y la pregabalina, pueden reducir el dolor y los espasmos musculares.
  • Antidepresivos tricíclicos para tratar el dolor crónico, la fibromialgia y el dolor nervioso, que son afecciones que se asemejan al MPS.
  • Inyecciones de Botox

Terapia

Hay muchas terapias que se pueden utilizar para aliviar el dolor del síndrome de dolor miofascial, como la punción seca y la terapia de masajes. La terapia de ultrasonido se ha utilizado con éxito para el dolor de MPS asociado con la artritis reumatoide (reumatismo).

Cambios simples en el estilo de vida

Hay varios pasos que puede seguir en casa para reducir el dolor y mejorar su calidad de vida:

  • Elija una silla de oficina mejor para mejorar su postura.
  • Intente ajustar la altura de su computadora para que quede dentro de su línea de visión natural.
  • Pruebe con un colchón nuevo o ajuste su posición para dormir.
  • Practica yoga, pilates u otras técnicas de estiramiento.
  • Utilice un masajeador personal o vibratorio.
  • Inicie un programa de ejercicios y mueva sus músculos todos los días.
  • Reduzca su nivel de estrés.
  • Paquetes de hielo inmediatamente después de una lesión muscular. Use una compresa tibia para tratar la inflamación muscular.
  • Ducha de agua caliente.
  • Etcétera.

Aunque casi todo el mundo ha experimentado dolores musculares. Sin embargo, si el dolor muscular no desaparece o empeora, a pesar del reposo, masaje o tratamiento similar. Comuníquese de inmediato con un médico para recibir el tratamiento adecuado.


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