¿Es normal el dolor perineal después del parto? •

El dolor en el perineo o en el área entre la vagina y el ano es normal después de dar a luz. Esto se debe al estiramiento durante el proceso de parto.

Es posible que solo experimente leves hematomas por la presión de la cabeza del bebé. Sin embargo, algunas madres también experimentan desgarros durante el parto. Por lo general, el desgarro es pequeño, pero puede causar dolor.

Si tiene un desgarro, el dolor dependerá de la profundidad del desgarro. Los desgarros menores no requieren suturas, pero algunos casos requieren suturas para acelerar el proceso de curación.

Es posible que necesite una episiostomía para facilitar el parto del bebé o si su bebé necesita nacer de inmediato.

¿Cuánto tiempo durará el dolor en el perineo?

Los moretones y el dolor de un desgarro o corte mejorarán en unos días, pero la cicatriz desaparecerá en unas pocas semanas.

Después de un chequeo de nacimiento con su médico, aproximadamente 6 semanas después del parto, debería estar en camino a la recuperación. Después de 2 meses, ya no siente dolor.

¿Cómo reducir el dolor en el perineo?

Su partera le dará consejos sobre cómo mantener limpio el perineo y cómo acelerar el proceso de curación.

Si necesita aliviar el dolor, primero tome paracetamol. El paracetamol es seguro para las madres que amamantan. Si necesita analgésicos más fuertes, puede probar con ibuprofeno. Sin embargo, si su bebé es prematuro o nació con bajo peso al nacer, consulte a su médico antes de tomar ibuprofeno.

Estos son los métodos que puede utilizar para aliviar el dolor:

  • Acuéstese para reducir la presión en la parte inferior del cuerpo.
  • Coloque una compresa fría o cubitos de hielo en plástico envuelto en una franela limpia en el perineo.
  • Descansa y dale tiempo a sanar.
  • Toma una ducha con agua tibia.
  • Enjuague el área con agua tibia después de orinar. Esto puede eliminar la orina y reducir el dolor y mantener limpia el área perineal. Luego, seque con papel higiénico.

Mejorará por su cuenta. Concéntrese en el proceso de curación y reúna la fuerza que necesita para cuidar a su bebé.

Mantenga la herida limpia y báñese todos los días. Cambie las toallas con frecuencia y lávese las manos antes o después para prevenir infecciones. Llame a su médico o partera si tiene fiebre o el dolor no mejora. La fiebre puede ser un signo de infección.

Si necesita más ayuda con el dolor, su médico puede recetarle un analgésico más fuerte, como un aerosol o crema especial.

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