Síndrome de Estocolmo: cuando los rehenes simpatizan con sus captores

Si alguna vez ha oído hablar de casos extraños en los que las víctimas de un secuestro se compadecen, me gustan o incluso justifican las acciones del secuestrador, es un ejemplo del síndrome de Stokholm. Sin embargo, recientemente la definición de síndrome de Stokholm se está ampliando. No solo cubre los casos de secuestro, sino que también incluye casos de violencia como la violencia doméstica y la violencia en el noviazgo.

Explore los orígenes del síndrome de Estocolmo

Síndrome de Estocolmo El síndrome de Estocolmo es un término que nació de un criminólogo y psiquiatra, Nils Bejerot. Bejerot lo utiliza como explicación de las reacciones psicológicas que experimentan las víctimas de los rehenes y la violencia.

El nombre Síndrome de Estocolmo se toma de un caso de robo al banco Sveritges Kreditbank que ocurrió en 1973 en Estocolmo, Suecia. Este atraco comenzó cuando un equipo de delincuentes llamado Jan-Erik Olsson y Clark Olofsson irrumpieron en el banco y se llevaron a los cuatro empleados del banco atrapados en el interior como rehenes. Los rehenes están encerrados en una bóveda de dinero ( bóvedas) durante 131 horas o aproximadamente 6 días.

Los informes de la investigación policial muestran que, mientras estaban retenidas como rehenes, las víctimas recibieron diversos tratos crueles y amenazas de muerte. Sin embargo, cuando la policía intenta negociar con los dos ladrones, los cuatro rehenes realmente ayudan y ofrecen consejos a Jan-Erik y Clark para que no se rindan con la policía.

Incluso criticaron los esfuerzos de la policía y el gobierno por ser insensibles a las opiniones de los dos atracadores. Después de que los dos ladrones fueron capturados, los cuatro rehenes también se negaron a testificar contra Jan-Erik y Clark en el tribunal.

En cambio, los rehenes afirmaron que los ladrones les habían devuelto la vida. Incluso dijeron que le tenían más miedo a la policía que a los dos ladrones. No menos interesante, la única mujer rehén del robo confesó su amor por Jan-Erik hasta que se comprometieron.

Desde entonces, casos similares también se conocen como síndrome de Estocolmo.

El síndrome de Estocolmo es una forma de autodefensa

El síndrome de Estocolmo o Síndrome de Stokholm es una reacción psicológica caracterizada por la simpatía o el afecto que surge de la víctima del secuestro hacia el agresor.

El Síndrome de Estocolmo aparece como un mecanismo de autodefensa que la víctima puede realizar consciente o inconscientemente. Básicamente, una reacción de autodefensa hace que una persona muestre un comportamiento o actitud opuesta a lo que realmente siente o debería estar haciendo.

Este mecanismo de autodefensa lo lleva a cabo únicamente la víctima para protegerse de amenazas, eventos traumáticos, conflictos y diversos sentimientos negativos como el estrés, la ansiedad, el miedo, la vergüenza o la ira.

La víctima realmente simpatiza con el perpetrador.

Cuando un secuestro como rehén o una víctima de violencia doméstica se encuentra en una situación aterradora, la víctima se sentirá enojada, avergonzada, triste, asustada y odiará al perpetrador. Sin embargo, soportar la carga de estos sentimientos durante mucho tiempo hará que la víctima se agote mentalmente.

Como resultado, la víctima comienza a formar un mecanismo de defensa al formar una reacción que es completamente opuesta a lo que realmente siente o debería hacerse. Así, el miedo se convertirá en lástima, la ira en amor y el odio en solidaridad.

Además, algunos expertos dicen que las acciones del secuestrador, como alimentar o mantener viva a la víctima, en realidad se traducen como una forma de rescate.

Esto puede suceder porque la víctima siente que su vida está amenazada. Mientras que la única persona que puede salvarlo y aceptarlo es el propio perpetrador. Ya sea a través de la comida que le da el agresor o simplemente dejando que la víctima viva.

Síntomas típicos del síndrome de Estocolmo

El síndrome de Estocolmo es un trastorno. De hecho, los expertos coinciden en que esta condición es una forma de relaciones poco saludables.

Al igual que los problemas de salud en general, el síndrome de Estocolmo también muestra signos o síntomas. Los signos y síntomas más característicos del síndrome de Estocolmo son:

  • Genere sentimientos positivos hacia el secuestrador, secuestrador o perpetrador de violencia.
  • El desarrollo de sentimientos negativos hacia la familia, parientes, autoridades o la comunidad que intentan liberar o salvar a la víctima del agresor.
  • Muestra apoyo y aprobación de las palabras, acciones y valores del perpetrador.
  • Hay sentimientos positivos que surgen o son transmitidos abiertamente por el agresor hacia la víctima.
  • La víctima ayuda consciente y voluntariamente al agresor, incluso a cometer un delito.
  • No quiera participar o estar involucrado en los esfuerzos para liberar o rescatar a la víctima del perpetrador.

En algunos casos, la víctima puede incluso sentir un vínculo emocional con el agresor. La interacción y la comunicación intensas entre el agresor y la víctima, que suele estar aislada, pueden hacer que la víctima vea su parecido con el agresor, ya sea social, emocional o psicológicamente. Entonces, a partir de ahí, la víctima puede generar compasión y simpatía por el perpetrador, incluso cariño.

Esfuerzos para rehabilitar a personas con síndrome de Estocolmo

La buena noticia es que las personas con síndrome de Estocolmo pueden recuperarse aunque no sea instantáneo. Por lo general, el equipo médico junto con un psicólogo recomendarán a la víctima que se someta a rehabilitación.

La duración de este período de rehabilitación variará para cada persona porque depende de qué tan fuerte sea la relación con el perpetrador y si la víctima todavía se está comunicando con el perpetrador.

Como ocurre con la mayoría de los casos de traumatismos graves, se debe seguir un enfoque de apoyo y psicoterapia. También es muy necesario prestar atención y el apoyo de la familia o parientes más cercanos. Especialmente si la víctima tiene complicaciones como depresión.

El apoyo moral de las personas más cercanas a la víctima puede hacer que el proceso de rehabilitación se desarrolle de manera más óptima, por lo que la posibilidad de que la víctima se recupere rápidamente de este síndrome también es mayor.


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